El pasado domingo nos fuimos a visitar Sima Curra o como les gusta decir a los paisanos Cueva de los Murciélagos, porque como nos comentó un cabrero que estaba con su rebaño por la zona antiguamente los habitantes de los alrededores solían entrar a coger el guano producido por estos. Como Carratraca no está muy lejos, en esta ocasión no madrugamos mucho y quedamos tranquilamente a las ocho de la mañana para salir de Málaga y desayunar tranquilitos en Ardales. De allí nos fuimos a la cueva y tras cambiarnos directamente en el coche subimos por el senderito que está muy bien marcado y nos lleva hasta la boca de la cueva, donde dispusimos unas piedras a modo de hito para localizarla mejor en posteriores visitas. Tras instalar el pasamanos obligatorio montamos el primer rápel y nos encontramos en la base de este primer pozo un sapo corredor que posiblemente se alimente de toda la fauna que entra tan cerca de la boca. Continuamos por la primera rampa y disfrutamos de la pintura rupestre y los restos calcificados de una cuerda primitiva, elementos que muestran la enorme importancia prehistórica de este refugio. Una vez en la gran sala nos dirigimos a la última salita trepando hasta encontrar la cuerda que todavía se encuentra en buenas condiciones, aunque un poco ya maroma, cosa que no sucede con la instalación de cabecera que muestra signos de oxidación. Completada la visita iniciamos el regreso algo acalorados porque la cueva es bastante cálida, disfrutando de la visita a esta pequeña pero bonita cueva ideal para quienes se inician en la espeleo.