Hasta 1.952 el término “espeleología” era desconocido para la mayoría de las personas en nuestro país. Pero ese año, en concreto durante el verano, iba a suceder un hecho que pondría en boca de todos esa palabra y daría a conocer nuestro deporte, aunque bajo un prisma bastante sensacionalista. Este hecho iba a ser la trágica muerte de Marcel Loubens en la Sima de la Piedra de San Martin. Dos años antes había sido descubierto un pequeño agujero en la zona fronteriza del pirineo navarro, por el espeleólogo francés Georges Lépineux. De ahí que en un principio fuera bautizada como Sima Lepineux. Pero posteriormente la prensa acabaría dándola a conocer con el nombre de “Piedra de San Martín”. Tras este estrecho agujero se abría un gran abismo de 346 metros de profundidad que desembocaba en un complejo mundo subterráneo.
En 1.952, en la 3ª campaña de exploración a este colosal pozo, cuando el equipo encargado de instalar un campamento en la Sala Isabel Casteret regresaba al exterior, un fallo en el material utilizado en la subida del mismo, hizo que se rompiera el eslabón terminal del cable del torno en su unión con el arnés de paracaidista que usaba el espeleólogo. El turno era de Marcel Loubens, que se precipitó al vacío cayendo al gran caos de bloques existente en el fondo del pozo. Durante horas agonizó en esas tinieblas sin que sus compañeros pudieran hacer nada por él. La bajada de un médico, con toda la dificultad que supuso, fue seguida por un público asombrado que por primera vez conocía la existencia de los “espeleólogos”, de que había personas que bajaban a las entrañas de la tierra para descubrir sus misterios.
El posterior rescate de su cuerpo, que no se consiguió sacar al exterior hasta 1.954, contribuyó a avivar la polémica sobre nuestro deporte, La Prensa, en gran manera sensacionalista, hizo que todo ello fuera seguido con gran atención, dando una publicidad a la espeleología como nunca antes la había tenido. Los espeleólogos que trabajaban en esa sima eran belgas y franceses, pero el emplazamiento de la misma estaba en nuestro país. Se trataba de la sima más profunda del mundo conocida hasta entonces. Así, no sin bastantes fricciones, causada por el interés de los diversos grupos en la organización de las campañas, en 1.953 un equipo de espeleólogos españoles logra participar en la exploración de esta sima colaborando en los trabajos de los exploradores franceses. A partir de estos años la espeleología empieza a cobrar un fuerte auge, primero en Cataluña, y después se propagará al resto del país. Así pues, de ser una palabra que –según un redactor de la revista barcelonesa Destino- no aparecía ni en los crucigramas, empieza a ser conocida por el gran público. Foto: Del libro Mi Vida Subterránea, de Norbert Casteret. Ed.Bruguera, Barcelona 1.962
Y qué pasaba en nuestra provincia de Málaga?
Es evidente que un Grupo de Espeleología no surge de la nada. Tiene que haber un germen anterior que vaya creando las condiciones que darán lugar a su origen. Así pasó en Málaga. Con la creación de la Sociedad Excursionista en 1.906 se sientan las bases para que un grupo de apasionados de las ciencias y la naturaleza comiencen a frecuentar las cavidades de Los Cantales con fines geológicos. Miguel Such se encontraba entre ellos. En 1.920 publica su estudio sobre la Cueva de Hoyo de la Mina, ejemplar trabajo sobre el yacimiento arqueológico de esta cavidad. La Guerra Civil supone un gran parón en todos estas actividades y no es hasta mediados de los años cincuenta cuando volvemos a encontrarnos con jóvenes iniciándose en este deporte.
En 1.955 un grupo de jóvenes entre los que se cuentan Antonio Galvez y Manuell Muñoz Gambero, acogidos en la Parroquia de San Felipe Neri, se dedican a realizar salidas a cavidades de los alrededores de Málaga. En esta época las actividades iban más encaminadas hacia la arqueología, debido a los frecuentes hallazgos de materiales en las cuevas vírgenes.
Grupo de jóvenes del Hogar Juvenil a finales de los años 60 ante Cueva Nagüeles(Marbella)
Las primeras noticias que se tienen de jóvenes practicando la espeleología de forma organizada se remontan a Mayo de 1.958. Ese año un grupo de jóvenes se reúnen con el propósito de explorar y estudiar las cavidades. El lugar de encuentro era en una Lecheria propiedad de un familiar de uno de ellos, situada en el número 9 de la calle Dos Aceras
Entre estos primeros componentes se hallaban Manuel Flores y Antonio Galvez Pacheco, este último verdadero
impulsor y maestro de tantos jóvenes espeleólogos, y que, aún hoy, sigue participando activamente en la vida social de este veterano Grupo. Se denominaron Centro Arqueológico Alpinista y Espelológico de Jóvenes Malagueños (C.A.A.E.D.J.M.).
Con gran entusiasmo y escasísimos medios, ocupaban los fines de semana en la localización y exploración de pequeñas cavidades . Llegaron a tener el primer “carnet ó tarjeta del espeleólogo” del que tengamos noticias en Málaga. Parece ser que la idea fue debida a Manuel Camberos Marfil, otro de estos primeros componentes.
Foto actual de la antigua lecheria.
( Es un tiempo de grandes cambios en el desarrollo de esta actividad: por primera vez se crea el 12 de febrero de 1.958 el Comité Nacional de Exploraciones Subterráneas, cuya dirección y actividad dependería de la Federación Española de Montaña. Fue el primer intento de coordinar a nivel nacional el trabajo de todos los deportistas. Así iba a seguir hasta el 27 de junio de 1.967 en que se reorganiza bajo el nombre de Comité Nacional de Espeleología (C.N.E.) integrándose en él todos los Clubs, Sociedades, Organismos, etc. que tenían como finalidad la práctica de la espeleología. Sus órganos de relación serán los diferentes Comités Regionales, entre ellos el Comité Regional Sur , adscrito a la Federación Andaluza de Montaña, desde el 18 de septiembre de dicho año. )
Van a ser diez los diferentes Comités Regionales que se contituyan, coincidiendo con las comarcas geográficas. Estos serán: Comité Regional Castellano Centro, Comité Regional Castellano- Norte, Comité Regional Gallego, Comité Regional Noroeste, Comité Regional Vasco- Navarro, Comité Regional Aragonés, Comité Regional Catalano-Balear, Comité Regional Valenciano, Comité Regional Sur y Comité Regional Canario.
Por lo tanto se empezaba a dibujar un cuadro organizado de la Espeleología en España, y esto respondía al auge que tuvo lugar en estos años nuestro deporte. La idea era que los Comités Regionales tuvieran vida propia en sus zonas geográficas, pero colaborando entre ellos y dependiendo técnicamente del C.N.E., y organizándose dentro de las respectivas Federaciones del ámbito donde estuvieran enclavados y donde desarrollaran su actividad.
FOTO)(En el Hogar Juvenil de » Cruces Pozos»
La siguiente etapa es cuando se integran dentro de la Organización Juvenil Española (O.J.E.) en el Grupo Malaka dedicado a las actividades arqueológicas. Manuel Muñoz Gambero dirigía este colectivo. Dentro de él se creó una Sección de Espeleología al frente de la cual se encontraba Antonio Galvez Pacheco. Con motivo del descubrimiento de la Cueva de Nerja en 1.959, participaron en las excavaciones realizadas en la misma a cargo del arquólogo M. Pellicer. Posteriormente, siendo conservador de la cueva D. Pablo Solo de Zaldívar, realizaron trabajos de colaboración para el estudio de una posible puesta al público de sus Galerías Altas.

Jóvenes delante del local del grupo arqueológico «Malaka» (1.968)
Pablo Solo de Zaldívar firma en el libro de visita del G.Geoespeleologico.(1.968)
Con el paso de los años Malaka se vá decantando hacia la actividad puramente arqueológica, y es entonces cuando la Sección de Espeleología se desvincula pasando a crearse en 1.966 el Grupo de Estudios Geoespeleológicos (G.G.) que tendrá su local en un semisótano de dicho Hogar Juvenil “Cruces Pozo” que existía en la calle Tejón y Rodríguez.
En este centro se realizaban muy diversas actividades. Estaban además las secciones de Arqueología, de Aire-libre, de Radio, de Aeromodelismo… Todos los locales daban a un gran patio central donde se podía escuchar la música que salía por las ventanas del grupo de Radio, situado encima del semi-sótano de los espeleólogos. Esta disposición hizo que hubiera mucho contacto entre los diferentes grupos. No era extraño que miembros de Arqueología ó de Aire Libre, sobre todo, colaboraran en salidas conjuntas con el GEG a alguna cueva
Aquí empiezan a contar con las primeras escalas de electrón, el gran invento de Robert de Joly , que en esos tiempos supuso un gran avance para la exploración de las simas.
En general, el equipo de grupo con el que contaban era muy escaso. Algunos metros de escalas que se cuidaban como un tesoro, y otros tantos de gruesas cuerdas de cáñamo. Clavijas de escalada y mazas completaban el «fondo de material» y también se podían encontrar en las estanterías del almacén general algunos cascos que solucionaban el problema a más de uno permitiéndole salir ese domingo de exploración.
Al local se entraba bajando unos pocos escalones que desembocaban en un pasillo donde estaban instaladas las vitrinas con minerales y algunoshallazgos arqueológicos. El pasillo giraba hacia la izquierda y allí se encontraba la única habitación, lugar de encuentro por las tardes de los espeleólogos. Otra habitación a la derecha servía de almacén general donde se colocaba el escaso material del que disponían. La temperatura, al igual que en una cueva, se mantenía muy constante a lo largo del año. Eso era debido a su especial situación dentro del Hogar Juvenil.
Con los años este edificio fué derribado y hoy día se ubica en él un gran parking, tan funcional como anodino.
Las salidas siempre suponían desplazamientos en autobuses de línea, seguidas de una larga marcha de aproximación. El material era llevado en las mochilas, repartido entre todos los participantes, y cuando se llegaba a la boca de la cavidad se instalaban las tiendas de campaña, ya que la exploración de una cavidad requería como mínimo todo el fin de semana.

Desplazamientos_en_viejos_autobuses

En el año 1.968 estos muchachos realizan una verdadera hazaña espeleológica si tenemos en cuenta los medios con los que contaban: con las gruesas cuerdas de cáñamo y estas escalas acometen el descenso de la sima de la Ermita (también llamada del Cadete ó Sima Gorda), próxima al pueblo de Carratraca. La salida en un principio había sido con la idea de visitar la Cueva de Ardales, conocida cavidad con importantes pinturas rupestres. Durante un tiempo había sido una atracción para los agüistas del balneario de Carratraca, pasando después al olvido. en estas fechas presentaba un desolador aspecto de abandono, con su verja de entrada rota. Una fuerte tormenta les hace buscar refugio en este pueblo y allí contactan con el Sr. Lopera, farmacéutico, que les habla de una sima conocida desde siempre por hallarse su boca muy próxima a la Ermita del pueblo. Acompañados por este hombre y otros lugareños, llegan hasta su entrada y acometen su exploración.
En una primera bajada llegan hasta la cota de –50 metros aproximadamente, no pudiendo proseguir por falta de material. Retornan unos meses después y consiguen llegar a su lago final a –121 metros. Guillermo Rodríguez, Manolo Diaz Segura, Antonio Gil Algaba, Antonio Bueno, J.A. Berrocal… son nombres unidos a esta primera exploración en la que por primera vez se enfrentaban a una sima de considerables proporciones.
A la izquierda, bajada que se realizó en 1.973 a la sima del Cadete.
Pronto se van a sustituir las viejas cuerdas de cáñamo que Antonio Galvez compraba en las cordelerías, por las nuevas de perlón. Este material había que traerlo desde Barcelona, ya que en Málaga era muy difícil encontrarlo. De esta manera se facilitará la exploración de estas simas, como por ejemplo, la Sima de los Baños, en Manilva, ó la de Toro en Torremolinos. Se trata de pequeñas simas de unos 40 ó 50 metros de profundidad, pero que, en esos años de la década de los sesenta, suponía todo un reto su exploración.
Derecha: Vieja fotografía en cuya parte posterior se halla escrito lo siguiente:
1ª bajada a la sima de los baños (Manilva), 1-11-1969
En 1968 se constituye el Comité Regional Sur de Espeleología con sede en Córdoba. Esto hace que los diversos clubs se vayan consolidando y se transformen en auténticos grupos de espeleología, dándose un gran avance en la exploración de cavidades. A nivel nacional, en 1970 se celebra el I Congreso Nacional de Espeleología. Tiene lugar en Barcelona durante los días 5 al 8 de Diciembre. Fue organizado por el Comité Catalano-Balear, teniendo un gran éxito de asistencia. Cerca de 200 participantes y 52 ponencias que abarcaban diversos aspectos como son Arqueología, Bioespeleología, Morfología, Topografía, Salvamento y Catalogación de Cavidades. La espeleología empieza a ser vista a través de los ojos de la ciencia. (Nota 1). Es aprovechando este Congreso cuando se presentan las diferentes candidaturas para celebrar el IV Campamento Nacional de Espeleología, eligiéndose por último la presentada por el Comité Regional Sur: el lugar escogido fue Montejaque, y en él tuvo el G.E.S. un puesto destacado debido a su conocimiento de la zona.

Entrada a la Cueva del Toro (Torremolinos, 1.968)
El Grupo de Estudios Geoespeleológicos desempeña una intensa actividad en la década de los sesenta. Miembros de este grupo son Antonio Bueno Rodriguez, Jose A.. Berrocal, Manuel Diaz Segura, Augusto Villegas, Federico Ramirez Trillo, Juan Luis Bellido, Antonio Gil Algaba, Guillermo Jiménez… Visitaron cuevas como doña Trinidad, Cueva de la Victoria (ambas con pinturas rupestres), Cueva del Toro, de la Higuera… y simas como la del Poyato Barea , Sima Gorda, y Sima Pito Díaz, y hasta hicieron sus incursiones en la Cueva de Hundidero-Gato, en Ronda, no pudiendo atravesar sus lagos por falta de material. (Esto lo harían en Agosto de 1970 en colaboración con espeleólogos catalanes. Antonio Galvez y Manuel Flores junto con los espeleólogos del Sire-Collblanc realizaron la travesía de esta cavidad en 60 horas, con dos vivacs en su interior). (Nota 2)
Asimismo es en esta época cuando se empiezan a realizar las primeras prácticas de escalada como método para perfeccionar la técnica de progresión en las cavidades. el primer lugar elegido del que tengamos testimonio gráfico, fué el Monte Coronado, lugar muy próximo a Málaga, y que por lo tanto requería muy corto desplazamiento.
La foto a la izquierda, corresponde a prácticas realizadas el dia 19 de diciembre de 1.969.
Según un reportaje que se publicó el 24 de septiembre de 1968 en el Diario “Sur” de Málaga, el Grupo lo componían diecisiete jóvenes *). Realizaban topografías de las cavidades que exploraban y hasta llegaron a tener un pequeño Museo en el que exponían muestras de formaciones calcáreas (*). Todo ello en función de los escasos medios con los que contaban.
Parte de la financiación de sus actividades procedía de los bailes que organizaban en el gran patio del local del Hogar Juvenil .
Alcanzaron grandes logros, como fué la exploración y topografía de la Sima del Cabo de Ronda ó Republicanos, en colaboración con el G.E.O.S. de Sevilla, en la cual llegaron a una profundidad de –237 metros. después de 17 horas ininterrumpidas en su interior.
Sin embargo el paso del tiempo, hizo que aquellos jóvenes, casi niños, sintieran la inquietud de renovar su actitud ante la espeleología. Por otro lado, estaba la presión de tipo ideológico que los mandos del Hogar Juvenil empezaron a ejercer sobre ellos, sobre todo con los más mayores, lo que hizo que tuvieran que plantearse buscar otro lugar en que poder desarrollar su actividad en completa libertad.
Encontraron ayuda en el Museo Arqueológico situado en la Alcazaba, que les cedió una torre para acomodarse (Foto ). El espacio era pequeño, pero tenía una amplia terraza con vistas a la ciudad donde en las noches de verano celebraban sus reuniones. Fue un tiempo difícil. Este deporte en esos años no contaba con ningún apoyo estatal, y sus practicantes eran considerados como poco “gente rara”. La espeleología era una ciencia ignorada por el gran público. A pesar de todo ello, es un periodo fructífero, en el cual empiezan a producirse una serie de cambios que con los años desembocarán en la fórmula actual .
El Grupo de Exploraciones Subterráneas de Málaga (G.E.S. de Málaga) se crea en febrero de 1.971 con la idea de aglutinar a todos los grupos de espeleólogos malagueños, locales y provinciales. La estructura de este grupo se había planteado anteriormente en una Asamblea Regional que se celebró en Priego de Córdoba en Noviembre de 1.970. Esta idea fue muy novedosa ya, que la unión a nivel provincial de todos los espeleólogos, era la primera vez que se hacía en España. Se nombró Presidente a José A. Berrocal, y Secretario a Federico Ramirez Trillo.Fueron sus primeros componentes los grupos: El Grupo Geoespeleológico de Málaga, el Grupo de Espeleología de la I.S.F.F. de Málaga, G. A. E. de Ronda, Grupo de Espeleología de Montejaque (G.E.M.), Grupo de Espeleologia de Marbella, Grupo de Espeleología del Rincón de la Victoria, G.E.M.A. de Málaga, y S.E. del Museo Arqueológico de Málaga.
Práctica con bote en la desembocadura del río Guadalhorce.
A la derecha, publicación en la que aparece por primera vez el nombre del GES de Málaga.
Está dedicada íntegramente a la creación y estructura de este grupo.
Sus Estatutos fueron realizados con la participación y colaboración de los distintos grupos malagueños, aunque no todo fué fácil. Cada grupo funcionaría con plena autonomía, pero siempre con la supervisión por parte del G.E.S. de las actividades realizadas. Se pretendía un contacto más estrecho entre todos los espeleólogos, así como más apoyo económico por parte de la Federación y de los diversos Organismos Estatales.
La idea era que se centralizase toda la información que hubiese de las cavidades malagueñas en un solo grupo, con lo cual sería más fácil acceder a esa documentación en un momento dado.
Operación España-71:
El primer acontecimiento espeleológico que se produce una vez formado esta unión de grupos, es la celebración del IV Campamento Nacional de Espeleología “Operación España –71”. El lugar elegido fue la zona de Benaoján –Montejaque, con abundancia de cavidades y, como plato fuerte, la travesía del complejo Hundidero-Gato y su primera topografía. En él van a tener una destacada participación, ya que la mayoría eran guías y monitores para ese campamento, puesto que unos meses antes habían realizado uno a nivel regional en dicha zona con el fin de prospeccionar y situar las cavidades más interesantes.
Como ya hemos dicho, la decisión de que este IV Campamento se realizase en nuestra provincia se tomó durante la celebración del I Congreso Nacional de Espeleología celebrado el año anterior en Barcelona. Se encargó la organización del mismo al GES de Málaga y al GEOS de Sevilla, por ser los dos grupos más conocedores de la zona. Asistieron un total de 53 espeleólogos, 5 acompañantes, 7 invitados y 10 visitantes. Los Comités representados fueron: Comité Nacional, Comité Gallego, Comité Canario, Comité Castellano Norte, Comité Valenciano, Comité Noroeste, Comité Castellano-Centro, y Comité Sur.
Del 10 al 17 de Agosto se realizaron diversas actividades, siendo las más destacadas: la topografía del Sistema Hundidero-Gato, del que sólo existían croquis, y la exploración de diversas cavidades entre las que destacan: Cueva-sima GEOS, Cueva de los Cangrejos, Sima de la Ventana, Sima del Hoyo Simón, Sima Pozuelo, Cueva del Chapí, etc. Asimismo se aprovechó para levantar un plano topográfico completo de la conocida Cueva de la Pileta, importante estación de arte rupestre. Este campamento coincidió con las fiestas del pueblo de Benaoján, por lo que el final del día todos subían al pueblo y compartían la fiesta con sus habitantes.
Vista general Campamento «Operacion España-71»
Pero ya habíamos apuntado a que el camino no era fácil, y pronto empezaron a surgir discrepancias entre los distintos grupos que formaban el G.E.S. Habia diferencias de opinión y de intereses entre sus componentes.
La situación se hizo insostenible y pocos meses después de su creación se escindió en dos nuevos grupos: uno de ellos fué el bautizado como G.E.S. de Málaga (GESM), y en él se integraron todos aquellos espeleólogos que procedían en su mayoría del antiguo Grupo Geoespeleológico. La reunión para la fundación de este grupo tuvo lugar el dia 31 de Agosto de 1971 en La Alcazaba de Málaga. Fueron diecinueve sus miembros fundadores. A partir de ahora y dedicados plenamente a su deporte, es cuando van a desarrollar una intensa labor científica y deportiva que los llevará a situarse como uno de los grupos de mayor prestigio dentro del mundo espeleológico tanto nacional como internacionalmente.
NOTAS:
1- «Consideraciones en torno al I Congreso». Revista Geo y BioKarst nº 28 Febrero 1.971 pgs. 1-4
2- «Exploraciones en Castellón, Teruel y Málaga». Revista Geo y Biokarst nº 29 Mayo 1.971 pgs. 9-11
Fotos: Del libro «Mi vida subterránea». Ed. Bruguera, Barcelona 1.962, de José Antonio Berrocal y del Archivo personal de Loreto Wallace.